El origen de los extintores se remonta al año 200 a.C. El extintor ha sido uno de los inventos más importantes en la historia de la humanidad, ya que gracias a él se han podido salvar miles o incluso millones de vidas desde su invención.

Tipos de extintores

Como contábamos al inicio de este artículo, ya en el año 200 a.C., Ctesibio de Alejandría, ideó una bomba de mano que era capaz de suministrar agua para sofocar un incendio. Su funcionamiento era sencillo, se sacaba el émbolo de la boquilla, se sumergía dentro del agua y a continuación, se empujaba el émbolo para expulsar el chorro de agua y de esta forma sofocar el incendio.

Pero el extintor tal y como lo conocemos hoy en día, fue creado por William George Manby en el año 1816, un capitán al que se le ocurrió crear un instrumento que apagase el fuego al observar la incapacidad de un grupo de bomberos de Edimburgo para alcanzar los pisos superiores de un edificio en llamas. Podríamos decir que este es el verdadero origen de los extintores.

Era un extintor formado por cuatro cilindros metálicos de los que tres estaban llenos de agua hasta la mitad y el cuarto introducía aire a presión.

Extintores en vehículos

El mecanismo básico de un extintor contra incendios no ha cambiado en la actualidad, ya que el principio sigue siendo el mismo que planteó su creador. Se trata de un cilindro metálico con un producto extintor a presión en su interior que cuando se acciona la válvula sale a presión por una manguera.

Pero veamos a continuación cuál ha sido la historia y el origen de este invento, que nos ha ayudado tanto a la humanidad a lo largo de la historia, para luchar contra el fuego.

El inventor del extintor

Como acabamos de comentar, el primer modelo de extintor data del año 1816 gracias al capitán e inventor británico William George Manby (1775-1854), el cual, y viendo la necesidad real ante un incendio, ideó un artefacto consistente en un depósito de cobre que podía lanzar hasta doce litros de agua. El agua estaba contenida en el recipiente cilíndrico cargado con tres partes del agua, y una de aire comprimido.

Este militar e inventor británico observó en el año 1813 cómo los bomberos de la escocesa ciudad de Edimburgo no podían extinguir un incendio al no contar con mangueras capaces de llegar a un quinto piso. Fue en ese momento cuando pensó lo útil que podría ser disponer de algún tipo de dispositivo portátil para estos casos, dando origen unos años más tarde al extintor.

Evolución del extintor hasta nuestros días

En el año 1865 se desarrolló el primer extintor portátil que funcionaba mediante productos químicos (soda-ácido) y no con agua Este extintor fue inventado y patentado por el médico francés François Carlier en dicho año. A este médico se le ocurrió mezclar bicarbonato sódico con agua, y acoplar una botella de cristal con ácido sulfúrico.

La botella se rompía mediante un punzón y la mezcla de los diversos productos producía el anhídrido carbónico que era lo que conseguía lanzar la mezcla química del recipiente hacia el exterior.

Pero el problema de este extintor era que solo servía para pequeños incendios y no servía en caso de grandes siniestros ni en incendios en los que estuvieran presentes líquidos inflamables como gasolina, aceite, petróleo o pintura.

Para solventar estos inconvenientes, el ruso Alexander Laurent inventó el extintor de espuma en el año 1905, el cual mezclaba una solución de sulfato de aluminio y bicarbonato de sosa con un agente estabilizador. Fue todo un éxito, ya que las burbujas de espuma del complejo químico eran portadoras de anhídrido carbónico y flotaban sobre la superficie del líquido inflamado, eliminando su fuente principal para la combustión, el oxígeno.

A los pocos años, en 1909, el neoyorquino Edward M. Davidson patentó su extintor de tetracloruro de carbono, un elemento químico que era expulsado hacia el exterior gracias al anhídrido carbónico a presión, el cual se evaporaba al entrar en contacto con el oxígeno del aire, formando un gas pesado incombustible que apagaba el fuego al instante.

En la actualidad no se concibe ningún espacio público, ni muchos privados, sin un extintor. Disponer de un extintor es esencial para nuestra seguridad y para luchar contra el fuego. Para ello es imprescindible que lo tengamos siempre en perfectas condiciones de funcionamiento. Cómo puedes comprobar, el origen de los extintores dio paso a una mayor seguridad en relación al control de incendios.

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