Si hablamos de los incendios más catastróficos de Madrid, tenemos que echar la vista atrás inevitablemente a los últimos 40 años, en los que Madrid ha visto como lugares y edificios emblemáticos eran pasto de las llamas.

Pocos sucesos se nos ocurren que causen más impresión y devastación que un incendio y desafortunadamente en España en general y en Madrid en particular tenemos bastante experiencia.

Matadero de Getafe (2022)

El 3 de mayo de 2022, se ocasionó un incendio en el Matadero de Getafe, afortunadamente sin tener que lamentar víctimas. Todo el personal que trabajaba en la nave —un total de 60 empleados— más alrededor de 50 animales fueron rápidamente desalojados o puestos bajo protección en el caso de las reses.

El humo llegó a afectar a una zona del popular polígono industrial, Cobo Calleja de Fuenlabrada, teniendo que desalojar varias naves y confinar dicho polígono hasta que los bomberos controlaron el incendio en su totalidad.


Cementerio de neumáticos en Seseña (2016)

Aunque el municipio de Seseña pertenece a la provincia de Toledo y el artículo que nos ocupa hace referencia a Madrid y su comunidad, el incendio provocado por la quema de unas 90.000 toneladas de neumáticos en el vertedero ilegal ubicado en dicha localidad, ocasionó una nube de humo tóxico que afectó a buena parte de poblaciones colindantes en un radio tan amplio, consiguiendo que se divisara la columna de humo desde la Plaza de Castilla de Madrid.

La magnitud del incendio fue tal, que se activó la alerta de nivel 1 del plan de emergencias, además el Alcalde de Seseña, Carlos Velazquez decretó el confinamiento en sus domicilios para todos los vecinos de los barrios de El Quiñón, Seseña Nuevo y Vallegrande, los más próximos al incidente, el día 13 de mayo de 2016, debido a los componentes tan tóxicos en suspensión a raíz de la nube de humo.

Los bomberos tardaron un día en controlar el incendio y varios días más en extinguirlo por completo. El siniestro dejó tras de sí 15.000 metros cúbicos de cenizas y ocasionó un costo de más de 3.000.000 millones de euros a las instituciones públicas.


Torre Windsor (2005)

Este fue otro de los incendios más catastróficos de Madrid. El edificio de 106 metros de altura y 32 plantas situado en el corazón financiero de Madrid ardió durante 26 horas dejando una silueta fantasmagórica y un esqueleto de hierros y escombros.

En el momento de mayor intensidad trabajaron 205 bomberos y 40 vehículos. Las llamas carbonizaron 30.000 metros cuadrados de oficinas donde trabajaban más de 2.000 personas. El edificio llegó a soportar temperaturas de 1.000 grados.

Una vez sofocado el fuego la justicia no encontró pruebas del origen del incendio, archivándose la causa penal en el año 2006 sin culpables y nunca pudo probarse si en el interior de la torre había personas cuando los bomberos ya la habían desalojado aunque las imágenes de un videoaficionado aparecidas una semana después del suceso sigan evidenciando lo contrario.

El incendio comenzó en la planta 21 y cuando parecía estar controlado, en plena madrugada, una inmensa llamarada explotó por la fachada oeste avivando de nuevo la combustión.

Los informes policiales no detectaron en la investigación acelerantes del fuego ni nada que pudiese pensar que se trataba de un incendio provocado. Al riesgo de derrumbe, el otro gran miedo, era que se viniera abajo una grúa de construcción que coronaba la Torre Windsor y que estaba realizando trabajos para modernizar las de seguridad contra el fuego del edificio.

17 años después, en el momento de escribir este artículo, se desconocen las causas reales del inicio del incendio y se sigue especulando si fue provocado o tan solo un desafortunado accidente, dejando muchas preguntas sin respuesta:

¿Quién realizó el butrón que la policía científica halló en la zona del garaje que comunicaba con el interior del edificio?, ¿Por que esa noche los bomberos tuvieron graves problemas con la presión del agua que no llegaba bien a las mangueras?, ¿Qué sucedió con la caja fuerte ignífuga situada en la cuarta planta y que contenía documentos reservados del Ministerio de Defensa?

Con el tiempo y el esfuerzo la emblemática Torre Windsor se fue pero aquella madrugada del 12 al 13 de febrero del 2005 ha quedado para siempre en la Historia de la ciudad de Madrid.


Palacio de los deportes de Madrid (2001)

En la mañana del 28 de junio 2001, unos obreros estaban trabajando en la azotea del pabellón realizando trabajos de mantenimiento, cuando a uno de ellos se le escapó de las manos un soplete que estaba utilizando y que acabó prendiendo una zona del techo que se propagó rápidamente debido a que había partes compuestas por madera y tela. 

Los daños estructurales de la cúpula eran tan importantes que, pese a haber puesto en marcha el protocolo contra incendios y a que la intervención de los bomberos fue lo más rápida posible, después de alrededor de una hora el techo cedió definitivamente y se vino abajo, provocando un estallido tal, que mucha gente de la zona confundió con un atentado terrorista.

A continuación se produjo una impresionante nube de humo similar al hongo que forma la explosión de una bomba atómica, seguida de un tremendo fogonazo.

Los daños estructurales del pabellón fueron tan importantes que no hubo forma de salvar la construcción, con lo que alrededor de un mes después comenzaron las labores de desescombro de la zona y tres años más tarde se iniciaron los trabajos para el levantamiento del nuevo Palacio de Deportes. 

Aunque hubo algún herido, el hecho de haber contado con un plan de protección contra incendios y la pronta actuación de los servicios de emergencia, permitió evitar una tragedia y que el incidente quedase “solamente” en enormes daños materiales.


Almacenes Arias (1987)

Lo que comenzó como una rutinaria alarma de incendio para los Bomberos de Madrid, se transformó el 4 de septiembre de 1987 en una tragedia que será siempre recordada.

Los almacenes Arias, localizados en el número 31 de la calle Montera, ardieron en cuando aún se hallaban en el establecimiento 26 trabajadores y una estimable cantidad de clientes.

Una caja de ropa ubicada en la tercera planta fue la causante de la desgracia. Pese a  que el fuego original fue extinguido con celeridad, un cable de la cuarta planta conseguiría más tarde que ese fuego fuese imposible de detener.

Unos 30 bomberos trabajaron esa noche para apagar las llamas, pero el humo producido por la combustión de los materiales que se encontraban en el lugar impedía la visión y la respiración de los bomberos, padeciendo incluso muchos de ellos intoxicación.

El nerviosismo se apoderó durante unas horas de Madrid, las familias de los trabajadores y clientes se aglomeraban a las puertas de la tienda. El hotel Montesol, que se encontraba al lado de Almacenes Arias también tuvo que ser desalojado. La cafetería Lucky, situada en frente de los almacenes, estuvo toda la noche abierta proporcionando comida y bebida a todos los que trabajaron esa noche en el incendio.

No obstante, lo peor aún estaba por llegar. Alrededor de las tres de la madrugada, cuando se habían conseguido extinguir las llamas, uno de los sótanos colapsó arrastrando consigo lo que quedaba del edificio con los bomberos todavía dentro de él. Diez bomberos perdieron la vida aquella noche de septiembre. 


Discoteca Alcalá 20 (1983)

El incendio de la discoteca Alcalá 20 sucedió la madrugada del 17 de diciembre de 1983 y en él fallecieron 82 personas.

La sala se encontraba en los bajos del Teatro Alcázar. Estaba distribuida en tres plantas ubicadas en el subsuelo y habían sido reformadas pocos meses atrás para dar un nuevo look a un local ya veterano y bajo el nombre de Lido.

Los trabajos de remodelación tuvieron como principal objetivo el embellecimiento de la sala, la misma se realizó utilizando más de 5000 tejidos, plásticos y cartón piedra. 

El local tenía una capacidad para 900 personas pero, al ser un lugar muy prolífico —principalmente influido por la movida madrileña— en conciertos, dicho aforo era sobrepasado con holgura en muchas ocasiones. 

Un chispazo ocasionado por un cortocircuito originó un incendio en una de las cortinas de la sala, lo que sumado a los materiales utilizados en la reforma del local precipitó los acontecimientos.

Sin duda alguna, este siniestro fue un punto de inflexión para el reglamento de protección y seguridad contra incendios de nuestro país, implementando medidas mucho más duras y restrictivas.

En este resumen de los incendios catastróficos de Madrid, desgraciadamente, faltarían muchísimos más por contar pero es una buena muestra para sacar algo en claro, y es la necesidad de contar con sistemas de protección de incendios que permitan una rápida actuación ante situaciones accidentales que puedan surgir.

Si algo nos enseñan estas tragedias, es que el fuego no perdona y es mejor que no nos pille desprevenidos.

Si necesitas instalar un sistema de detección de incendios en tu comunidad de vecinos, empresa o comercio, llámanos al 916782878 o escríbenos a info@firext.es